Prayers and Practices - A human being is a creature of God/es
Rechazar a un ser humano, despreciarlo, humillarlo, es declarar que no es una criatura de Dios, y nadie tiene derecho a declarar una cosa semejante, nadie tiene derecho a ponerse entre un ser humano y su Padre celestial.
Si alguien voluntariamente decide apartarse del amor divino, evidentemente es libre de hacerlo, pero nadie tiene el derecho de disminuirlo. Incluso los seres más humildes, incluso los más menospreciados, los más culpables, son hijos e hijas de Dios. Él ha puesto en ellos esta chispa, el espíritu, que es una parte de Sí mismo, y es la presencia de esta chispa la que les hace participar de la naturaleza divina.
Si cometen faltas, merecen ser, desde luego, no solamente reprendidos, sino también castigados. Pero aunque nos veamos obligados a tratarles con severidad y a apartarnos de ellos, nunca debemos olvidar que existe en alguna parte dentro de ellos, profundamente enterrado, un germen divino, y que este germen divino debe ser respetado y cultivado.
Cuando humillamos a sus hijos, Dios mismo se siente ofendido.
Source
- Omraam Mikhael Aivanhov. ' Pensamiento del martes 8 de Octubre de 2013.'
- Editions Prosveta n.p. n.d. Web. Accessed October 8, 2013. http://www.fbu.org/index.htm.
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